(DIGITAL VS ANALÓGICO)
Soy una persona de ideas claras (cabezota sí), lo que no quiere decir que sean inamovibles. Al contrario, si de algo hay que ser consciente en esta puñetera vida es del cambio, y de que, por mucho que duela a veces, es el verdadero motor de todo y lo que realmente nos hace libres.
Cuántas veces, por poner un ejemplo, he despotricado en contra de la digitalización de la música: “¿tocar sin un batería? pero de qué estamos hablando!” aún sabiendo desde un rincón escondido de mi corazoncito tozudo que tarde o temprano terminaría cayendo…
Pues en ello andamos, y al igual que después de descubrir lo de los reyes magos todo va derribándose en plan dominó hasta llegar al mismísimo dios, también me he ido digitalizando en otros ámbitos, hasta llegar al arte. Incluso hace eones que no cojo un pincel “analógico”, y eso que era de las que decía que la visceralidad de la pintura real jamás será alcanzada en el mundo digital. Aunque quizás un poco de razón sí que tenía.
Para los que os quedáis con dudas, creo que, como siempre, la virtud está en el medio, y si bien no hay nada tan “real” y catártico como lo analógico, el digital tiene tantas ventajas respecto a experimentación, recursos y facilidades prácticas (y económicas) que también tiene su aquel.
Por cierto, hace poco salió el primer trabajo de mi nuevo grupo KALOKORO TEKE, mi primer proyecto musical de la era digital. Aquí podéis darle unas escuchas: BANDCAMP . Espero que os guste, y si no siempre nos quedará el cambio.